
Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los quemaron, acaso temerosos de que las letras encubrieran blasfemias contra su dios, que era una cimitarra de hierro.
Jorge Luis Borges, Los teólogos (El Aleph, 1949)
(Devastato il giardino, profanati i calici e gli altari, entrarono a cavallo gli Unni nella biblioteca monastica e ruppero i libri incomprensibili e li vituperarono e li bruciarono, forse per paura che quelle lettere contenessero blasfemie contro il loro dio, che era una scimitarra di ferro)